Siempre he pensado que prevenir es mejor que lamentar, de hecho soy una mamá precavida siempre que puedo, y si bien es cierto que no puedo ahorrarle ciertos procesos de crecimiento a mis hijos sé, que sin embargo los puedo ayudar y guiar de la manera más amorosa posible a que elijan y aprendan de sus errores en torno.
Hace unos días haciendo una meditación guiada en youtube me quedé pensando en lo siguiente:
podemos conectar con nuestros hijos aún más sanando nuestro niño interior, pues al meditar y regresar al pasado nos ponemos en el lugar de nuestros pequeños aumentando así la empatía y la comprensión hacia ellos.
Ya lo dijeron los Beatles en aquel momento, “All you need is love” ¡Y qué frase tan cierta! Se menosprecia por ser algo trillada pero si miramos más allá de la superficie nos daremos cuenta que la respuesta está ahí… en el AMOR.
¿Te has puesto a pensar como reacciona un niño cuando le gritas y como reacciona cuando le hablas con cariño y le pides que se calme y te cuente? ¡De una manera muy distinta! ¿No es así?, la clave está en cómo dices o pides las cosas, si le hace daño tu impaciencia o si le alivia tu comprensión.
A lo que voy es, que en esta meditación guiada, recordamos y abrazamos a nuestro pequeño en su infancia, recordamos sus temores, sus miedos y comprendemos cuanto es que le hace falta un simple abrazo, que le tomen de la mano, que le digan que lo aman y que todo irá bien, ningún juguete o película pueden llenar esos vacíos …
Criar conscientemente es una responsabilidad grande, más cuando conoces el poder del refuerzo positivo, sin explicaciones largas y tediosas, aprender a relajarnos cuando hace falta para poder mostrar límites sin ser abusivos, siempre con amor.
Y Claro que alguna que otra vez perderemos la paciencia, somos humanos, errar es parte de nuestra naturaleza, lo importante es saber que después de hacer sentir mal a nuestros hijos por un mal día en el trabajo, siempre podemos regresar a ellos y mostrarles nuestro amor infinito, pedir perdón, tomarlos de la mano, escucharlos… eso es ya una gran diferencia.
Ahora Sí Papá o Mamá que llegaste hasta aquí si ya me estás leyendo te invito a que busques 20 minutos para ti, en donde te sientes cómodo con la espalda erguida y las manos sueltas con las palmas hacia arriba, dale click a la siguiente meditación y prepárate a encontrarte de nuevo con un niño maravilloso, estoy segura que después de que hagas esta meditación no verás con los mismos ojos a tus hijos, ¡Adelante! ¡Atrévete! Dale click abajo y cierra tus ojos…
Me alegrará leer tus comentarios!
Sanción del Niño interno- Susana Majul
[sgmb id=”1″]