Nantli con Àngeles

A mi hijo el menor

 

Llegaste a complementar lo que no sabiamos que nos faltaba y si bien hacemos malabares y piruetas para dividirnos entre todos, papá y mamá no podrían imaginarse un hogar sin tu presencia.

Te ves decidido y contento no tienes esa necesidad de que te ayude en todo como la tuvieron tus hermanos cuando pequeños, tu aprendiste a esperar tu turno o a suplir tus necesidades tu mismo al instante si no te valía esperar,  a compartitr todo el tiempo a Mamá y a Papá, te sabes desenvolver con los amigos de tus hermanos aunque son mucho mayores que tú, rara vez te hace falta explicación alguna de como funcionan las cosas, pues todo lo observas y lo aprendes rápido.

Sabes hacer muchas cosas que no son  para tu edad, pero te gusta y lo disfrutas pues vas con el ritmo de tus hermanos mayores, en las noches disfrutas cuando me acurruco en tu cama y te doy las buenas noches, ¡Sientes tanta dicha cuando al fin me tienes solo para tí un momento!. Y en silencio sonries y eres muy feliz.

Tienes cierta ventaja a tus hermanos mayores pues cuando llegaste, a nosotros tus padres, nos encontraste cansados de mantener todo bajo control, por ende tienes más libertad de experimentar cosas nuevas y sabes desenvolverte en tu entorno a la perfección, disfrutas de rayar las paredes, y brincar en un charco lleno de lodo sin temor a que te límiten pues mamá y papá ya comprendimos al fin que despúes de eso, no pasa nada y seguimos aprendiendo de la vida junto a ustedes…

Juegas, saltas, eres libre y eres feliz pues las expectativas tan absurdas que teníamos al principio para tus hermanos se rindieron ante el tiempo y el amor justo en el instante en el que llegaste a nuestras vidas.

Hijito pequeño, el menor de mis hijos, no es necesario pedirte perdón por todas las veces que te deje esperando con ese pañal lleno mientras ayudaba a tus hermanos con las tareas de mate o corria al baño antes de que fuera demasiado tarde para tu hermana mayor, no conoces la respuesta inmediata, ni sabes lo que significa “Ser siempre el primero”.

¡Qué más da si todo es perfecto, si tienes mucho o tienes poco esas cosas superficiales no te importan pues sabes apreciar los buenos momentos de la vida!. ¡Eres un gran maestro!.

A ti mi hijo menor, gracias por enseñarme nuevamente que las reglas fueron para amoldarlas a nuestras necesidades, por adaptarte a mi vida trotante con la vida de tus hermanos, gracias porque no conociendo otra cosa fuiste feliz durmiendo la siesta en el coche, en el carrito del super o donde fuera que Mamá y Papá tuvieran que ir.

Gracias por enseñarnos que el amor no acaba en el primer hijo ni en el segundo y siempre hay más para dar, si se quiere y se puede, todo embona, todo se acopla, todo fluye, todo crece.

 

Como creció nuestra Familia infinitamente al tenerte en nuestras vidas, no tan sólo por el hecho de que eres un miembro más sino por todo lo que nos viniste a enseñar, eternamente Gracias.

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