La pandemia también me enseño a aceptar el proceso y el rumbo soltando el control pues no puedo controlarlo todo.
No es un tema nuevo lo que te voy a contar, llevamos poco más de dos años luchando contra lo inevitable, vamos contra corriente y nuestro mundo se puso de cabeza desde que “El Bicho” entro a nuestras vidas…
Para serte sincera yo también era de las que pensaba que esto es una locura, un chiste mal contado, un intento de los más altos ejecutivos que dirigen al mundo para mantenernos a todos controlados, de alguna manera lo sigo pensando, pero esto es solo mi pensamiento personal sin hechos ni fundamentos tangibles, sin embargo; mi forma de ver la situación ha cambiado, te cuento…
Este chingado bicho aunque no queramos llegó para quedarse, me atrevo a pensar que ha desarrollado un poco de las características de la resiliencia pues en el intento de sobrevivir ha sabido transformarse y cambiar sus características principales para poder persistir… no podemos culpar a teorías mundiales o delegar nuestro poder, esto es real y muy palpable, me recuerda a esa frase tan sabia que dice; “Lo que resistes persiste” y si… llevamos tanto tiempo invirtiendo fuerzas en tratar de hacer al bicho más indefenso de lo que en realidad es y él por su parte, sigue y sigue mostrándonos lecciones de vida cada día… y es por eso que te voy a contar la mía:
Carl Gustav Jung (1875-1961)
Estoy pasando por un momento duro, estoy por segunda vez en cuarentena, esta vez directamente con el Bicho en mi cuerpo y aislada totalmente de mis hijos y de mi entorno familiar, de mis amigos y mascotas, no me malinterpretes sé que pudo ser peor pero déjame sufrir y ahogarme en este vaso de agua, que la verdad es una situación que me frustra mucho en este momento de mi vida.
Antes de seguir quiero expresar mi respeto y compasión por todas esas almas que eligieron irse de este plano en medio de esta pandemia, las admiro y las honro, así como siento y acompaño en su dolor a todas las personas que puedan estar sufriendo perdidas familiares o de amistades debido a este virus tan resiliente.
¿Te conté que mi hijo menor ya tiene 6 años y está listo para ingresar al cole?
En efecto, puntualmente antes de entrar al cole ha perdido sus dos dientes frontales y está listo para continuar con esa aventura tan incierta y fantástica como lo es el crecer.
Es un niño extraordinario, que te puedo decir yo que soy su mami, me llena de alegría su forma tan amorosa de ser, su forma tan simple y lógica de ver la vida, súper relajado y sin complicaciones, en verdad en una bendición verlo crecer.
El próximo sábado será su “Einschulung” que es el primer día de escuela, en Alemania, un pilar superimportante en la vida de un niño, pues bien y gracias al bicho yo no podré estar en este día especial de mi niño, lejos de quejarme y de enojarme con la vida te voy a explicar por qué estoy tan agradecida de que esto haya sido así y no de otra manera:
- Estoy completamente Consciente que, aunque no lo entienda aún y sea duro vivirlo de esta manera, siendo mi niño aún tan pequeño: No hay hoja que no caiga sin un solo propósito y confió en la sabiduría del universo y en su inteligencia infinita.
- Acepto el proceso amorosamente, sé y confió en que es para el más alto bien de todos nosotros los involucrados.
- Tengo mucha aceptación con el momento, pues comprendo que como está situación habrá probablemente muchas más en las que quizá no pueda estar presente físicamente acompañando a mis hijos en sus logros más importantes, pero también sé que eso no impide mostrarles el amor y la admiración que tengo hacia ellos y que no importa si no estoy físicamente a su lado, siempre les estaré enviando la mejor de las vibras y todo mi amor.
Esta prueba la veo como una oportunidad de crecer y de aprender a valorar lo que muchas veces damos por hecho, nos los cuentan en los libros, lo vemos en las películas, pero nunca aprendemos en cabeza ajena lo que es realmente valorar lo que antes era tan cotidiano y ahora es una excepción a la regla.
¿Quién diría que poder abrazarnos y celebrar grandes fiestas sería algo que nos pudiese perjudicar algún día?
Si has llegado hasta aquí te agradezco de corazón por leerme, en verdad ha sido mágico y sanador poder compartirte mi frustración y enojo y a la vez mi aceptación y confianza… la verdad la escritura siempre ha sido mi válvula de escape, es mi fórmula mágica para ver el mundo con otros ojos y esta vez no es la excepción, te agradezco por acompañarme en cada línea y te pido un último favor: