Mi historia es muy ordinaria, no tiene nada de especial y una de cada cuatro mujeres es víctima de violencia intrafamiliar, tan solo en Alemania*, un país libre y democrático, sin querer profundizar en la política y desconociendo como es la tasa de violencia doméstica en mi país de origen me atrevo a contar mi historia, cómo ya lo dije, una muy ordinaria y lamentablemente algo común en nuestra sociedad a nivel mundial.
Llegue a tener un castillo hermoso, decorado con piedras preciosas y un acabado perfecto, el paisaje que podía ver desde mi ventana en el era abundante, lleno de vida y de futuro, estaba lleno de fe y de amor, era un paisaje maravilloso, me sentía la reina de todo, lo que nunca imaginé era inminente, mi castillo familiar tenía una base inestable, y al pasar de los años, de las experiencias y de ir madurando en la vida, me di cuenta que vivía una ilusión en el castillo, muy limitada, era como si tuviera cadenas invisibles que no me dejaban avanzar más allá del paisaje en donde estaba mi Castillo hermoso, lleno de luz, pero construido en arena. Nunca imaginé que los cimientos no eran fuertes.
Mi esencia se fue esfumando, lo tenía todo y estaba abrumada con la vida, no podía ser realmente feliz y eso me carcomía, “¿Cómo puedo ser tan malagradecida?” Me repetía día con día, en ese momento no veía las señales que tan sutilmente me enviaba la vida, bien dicen que el amor es ciego, nunca comprendí esa frase hasta que la viví en carne propia. Lo teníamos todo, en el pasado habíamos sido tan felices, él fue realmente el amor de mi vida, fuimos un equipo, ¡Nos amamos tanto!, hicimos de todo para poder sanar juntos, más no lo logramos.
En algún momento y sin darme cuenta mis cadenas se volvieron tan pesadas que me quedé inmóvil, no lo vi venir, no me preparé para ello y me tomó por sorpresa, cuando identifiqué el abuso emocional que viví por años quise escapar, más las manipulaciones eran tan sutiles y estaban disfrazadas de tanto amor que dude mucho de mí y de mi salud mental, llegue a pensar que era parte de la vida, vivir maltrato, hablarlo, intentar ser mejor y seguir adelante, mi abuela decía que el Marido que había escogido era para toda la vida, y era mi responsabilidad arreglarlo, quedarme con él hasta el final tan románticamente “en la salud y en la enfermedad, en las buenas y en las malas”
¿Una separación? ¡Jamás! Había que hacerse responsable de la familia e intentarlo, no había más…
Esos pensamientos y tantos otros limitantes me mantenían “Tibia” sin saber que hacer, era díficil distinguir el maltrato emocional que había vivido por años, al ir quitando esas capas de esos pensamientos que no eran míos pude reconocer el maltrato que vivía mi hijo mayor, era como ver en un espejo lo que me pasaba a mí, pero a la doble potencia, no podía seguir pensando que eran acciones sin querer, que se iba a arreglar, no podía permitir el maltrato constante e inconsciente de mi pareja, pero como ya lo dije antes, me quedé inmóvil, sin fuerzas, y no sabía como liberarme de esas cadenas tan pesadas que me ataban a mi hermoso castillo de arena.
Decidí dejar de callar y comencé a buscar información, decidí actuar y por cada paso que daba las cadenas iban siendo un poco más ligeras, ¡literal!
Me costó mucho salir del círculo vicioso del maltrato, después de lo peor seguía siempre la luna de miel, las cosas lindas y bonitas que llegaban inmediatamente después al “explotar la bomba” me hacían pensar que aún se podía arreglar, seguía teniendo fe y luchando por mi familia perfecta, por el hombre que elegí como Compañero de vida y por mi bienestar financiero, no fue nada fácil y no logré mucho de lo que me propuse en aquel tiempo como meta, pero hoy por hoy puedo decir que con cada paso logré alcanzar un lugar más sano.
Y aunque mi cuento de hadas se derrumbó al igual que mi castillo, aquí sigo, y como dice Tania en su libro: “Tu vida es el salón de clases donde te observas o sigues creyendo que la noche es de día” y para poder empezar de nuevo, hay que estar muy roto, en lo más bajo que nos lleve la vida, pues solo así buscamos un cambio, no lo hacemos en los tiempos que creemos lindos o en la zona de confort, buscamos trascender cuando estamos cansados, cuando ya intentamos de todo solos y nos damos cuenta de que no podemos, cuando nos rendimos y decidimos voltear al rededor y pedir ayuda… ahí empieza el despertar… se cae la venda de los ojos y ese amor ciego se vuelve vidente, ya no quiere ocultar la verdad tras historias del pasado, es el hoy lo que importa y si hoy no me siento bien y no soy feliz, se abren opciones, caminos alternos…
Aún hay tanto que aprender, el camino borrascoso aún es largo, pero hoy por hoy, no me callo, no lo oculto y no lo escondo, fui y soy víctima de violencia intrafamiliar, de acoso, de manipulación, de abuso de poder y de violencia económica, de violencia física, me han querido privar de mi libertad temporalmente y me han obligado a hacer cosas que no quería bajo el velo del amor, hoy por hoy sé que eso es violencia, que no es sano y que no se debe permitir ni por amor ni por nada del mundo.
El problema de muchas da nosotras es que no sabemos realmente que es violencia, nos imaginamos la violencia con golpes drásticos y maltratos muy extremos como en la tele, más no es así, la violencia se esconde decentemente en el amor, en una relación aparentemente sana, y al no estar informadas no nos enteramos, es por eso que decido no callar más y alzo mi voz, para que ninguna más viva en la obscuridad de la ignorancia.
Si te sientes controlada en cualquier ámbito de tu vida, si tu pareja te limita el dinero o te controla por esa parte, si eres dependiente de otra persona y lo usa para manipularte, eso no es sano, si te agreden, utilizan tus duelos para hacerte daño, para hacerte cambiar de opinión, si te amenazan o te humillan no es una simple pelea, es violencia y no lo tienes que permitir o recibir ni por amor ni por lealtad, hay muchas formas de violencia, no solo la extrema, espero estés sana y salva y llena de amor propio para reconocer a tiempo lo que yo no vi venir.
Te abrazo y te entiendo, Karely.
Fuentes:
*AWO Beratung bei Häuslicher Gewalt, Koordinierungs- und Beratungstelle.
*Tania Karam. 2020, RenaSer, supera cualquier crisis y conoce tu verdadero valor.