El cumpleaños, un día que habíamos estado esperando hace semanas, los niños preguntando cada día cuanto tiempo falta y al final el día llego y se esfumó en un dos por tres.
Sí ya es un trabajo festejar a esa personita especial en su día lo es aún más acá por este lado del mundo… en México estamos acostumbrados al servicio completo, salón, meseros, comida, show, piñata, pastel y demás pero por estos rumbos todo eso (si es que acaso se cree necesario) se tiene que organizar aparte y por tí mismo, así es… encima del trabajo y de los quehaceres diarios la tenemos que hacer de “party planner”.
Hay algunas mamás que hasta el pastel y la piñata con el eslogan de la fiesta hacen, sin tomar en cuenta que cocinan para dicho día especial, consiguen las bebidas y los dulces, hacen la compra con todo lo necesario para el festejo, aspiran la casa por tan sólo resaltar las cosas más relevantes que se ejecutan para poder celebrar a nuestros pequeños retoños que están tan emocionados e ilusionados que ¿Cómo podemos como buenas madres latinas y mitoteras decirles que no a semejante gusto? Eso de festejar en grande se lleva definitivamente en la sangre, ya lo he comprobado.
Naturalmente nosotros celebramos a nuestros hijos de la forma latina, con muchos invitados y en modo fiesta, si se puede con inflables o payasos o con algún amigo o familiar disfrazado de algún personaje especial, más no obstante también hemos celebrado cumpleaños a la alemana, esos en los que 4 invitados acuden a la casa del festejado, se ponen a hacer manualidades o a buscar un tesoro, comen pastel y son los más felices del mundo, suena un poco aburrido pero en realidad también es bonito conocer esa parte, es una fiesta más intima y por ende se tiene más contacto con los invitados que en una fiesta con 20 niños… además a la alemana, los papás a partir de los tres años aproximadamente tampoco son requeridos en las fiestas infantiles, solamente tienen la función de choferes, van y dejan a sus hijos a la fiesta y los recogen 3 o 4 horas después, eso está bien cuando tienes que hacer diligencias o simplemente quieres darte un respiro pero no cuando quieres convivir.
A mi lo que más me emociona de un cumpleaños es compartir con la gente que quiero, disfrutar a los abuelos, los primos y las amigas, platicar, ponernos al día, es por eso que es tan especial para mí seguir celebrando los cumpleaños de mis hijos, así ellos aprenden también parte de nuestra cultura y el amor por la familia.
Cuando uno está por estas tierras se da cuenta de el valor tan grande que tienen la familia y amigos, no es que no se valore antes pero en verdad se siente cuando hay o no apoyo de parte de los tuyos, agradeces doblemente cualquier ayuda que venga de afuera y creas un vinculo muy grande con tus amistades, pues es lo más cercano que tienes a una familia estando tan lejos.
Tus hijos llaman “tía” a tus amigas y naturalmente todas ellas te ayudan en la planeación de la fiesta del año para tus pequeños, entre todas cooperan trayendo algún platillo o realizando alguna manualidad y se encargan de que ese día sea muy especial para el festejado y lo más bonito es que no importa que tan feo te haya quedado el pastel, o la piñata en los ojos de tu hijo siempre será el mejor pastel del mundo (hauptsache selbstgemacht – lo importante es que lo hiciste tú mismo) y te miran con ojos grandes y sonrientes, ese gran día está cargado de tantas emociones, sentimientos, lo vives al máximo y por ende se acaba demasiado rápido, tenías tanto tiempo planeando, cuando de repente te das cuenta que se han ido los últimos invitados…
¡Cómo me encantan los cumpleaños! Son motivo de agradecer, de bendecir, de sonreír y de disfrutar con los tuyos, Que mejor tributo en vida que permitirnos celebrar con nuestros peques, me encanta ser mamá latina y mitotera que hace todo por que sus hijos sean los más felices en su día.
Si vives en Alemania y te gustan los cumpleaños mitoteros no dudes en comentar.
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