Quizá muchos de ustedes no lo sepan, pero precisamente un año antes de la pandemia yo estaba pasando mi propia crisis existencial, en mi caso fue un trauma no tratado a su debido tiempo que me llevo a mi propio confinamiento interno.
Un día inesperado comenzó todo, me sentí inmóvil, indefensa, simplemente mi careta de mujer fuerte y alegre se cayó en pedazos frente a mí, y sin poder reaccionar o sin poder hacer nada para contenerla, sucedió… Simplemente pasó, siendo un ser humano real elegí esconderme en una careta de bienestar emocional, en realidad quería estar bien, fluir, ser la mejor madre y amiga, ser la mejor esposa, pero siempre había algo que me impedía lograr estar bien conmigo misma, ya no pude más, me caí en pedazos, es por eso que me tomé un tiempo tan largo y deje de hacer lo que más me ha ayudado a sanar mi alma: escribir.
Viví muchos bloqueos, auto-sabotaje como tantas veces lo hice antes inconscientemente para protegerme del dolor que era inevitable vivir. Así lo había elegido mi alma y quién era yo para negarme a tal experiencia, si todo es digno de ser vivido. En ese momento no lo sabía, mi primer impulso fue la resistencia al presente, resistencia a vivir la realidad, mis exigencias y expectativas me llevaron a frustrarme demasiado hasta caer en lo que en ese momento era inevitable, una ola de depresión emocional de la cual ya no podía salir sin ayuda, así que pedí ayuda y espere a sanar, le di espacio y voz a mi cuerpo, a mis emociones, decidí darme tiempo para volver a escribir y fue entonces que me dije: “Cuando pase la pandemia volveré a escribir” y así pasé todo un año esperando a que pasara lo que estábamos viviendo y nuevamente elegí NO VIVIR EN EL HOY, nuevamente cedí mi poder a los sucesos externos en lugar de abrazar el presente.
Es por eso que estoy aquí escribiendo estas líneas, yo sé que muchos de nosotros estamos viviendo conflictos internos que no hablamos con nadie, esperamos a que pase y perdemos la oportunidad de disfrutar el presente, sé que queremos ser positivos y a veces no podemos, algo que solemos olvidar es que tenemos la capacidad de elegir de nuevo nuestro rumbo y pensamientos, más no por cambiar de forma de ver las cosas, los pensamientos actúan por arte de magia, así como nos llevó toda una vida autoconvencernos de que no servimos o no merecemos lo que tenemos también cuesta trabajo y tiempo entrenar la mente y renunciar al papel de víctima, lo tenemos tan impregnado que muchas veces no nos damos cuenta, estoy escribiéndote esto para decirte que no estás solo, que a mí también me pasa y que no es fácil, que el mundo se detiene y siento que no tengo fuerzas para seguir, para ser madre, para ser esposa o para ser amiga.
No podemos predicar con palabras si no aplicamos lo que decimos, nuestros hijos no nos escuchan, pero nos ven todo el tiempo, que sepan que parar y mostrarse vulnerable no es un aspecto negativo de la vida, es simplemente parte de, que tengas un gran día.
Si has llegado hasta aquí te doy las gracias por tu tiempo, por leerme y por impulsarme a seguir escribiendo.
Gracias
Es difícil, y aunque a veces no estamos conscientes por la rutina se sabedora que no estas sola, todos los días te extrañamos. Te envío un abrazo a la distancia.
gracias hermana, te amo.
Kare te admiro y te respeto demasiado. Te mando un abrazo 😗