5:30 de la mañana, me levanto un poco desorientada y aún no sé bien en donde estoy, mi boca se siente seca y mi lengua un poco adormecida al igual que la mayor parte de mi cuerpo, abriendo los ojos me doy cuenta de que estoy en mi recámara, estiro mi mano con mis dedos entumidos para coger el móvil, ¿En qué momento me volví un robot? Desbloquear el móvil navegar por WhatsApp, Facebook, Instagram, Pokémon Go, todo en ese orden y darme cuenta de que he perdido nuevamente 20 minutos de mi día sin ser consciente, no importa, lo vuelvo a intentar, mis pies tocan el suelo frío provocado por la fresca mañana que ha traído este nuevo día, me levanto y ando, me miro el suficiente tiempo al espejo para saber que necesito descansar un poco más, la lista interminable de pendientes no me permiten lavarme los dientes tranquilamente, nuevamente me atrapo siendo inconsciente del aquí y el ahora, mi mente está acostumbrada a navegar sin rumbo, ¿Será posible que pueda cambiar mi forma de ver las cosas, de añorar el pasado y esperar con ansias el futuro en lugar de vivir el hoy? No lo sé, pero al escupir el agua y los residuos de pasta de dientes me miro nuevamente al espejo y decido intentarlo de nuevo… “Sé que puedo” me repito mentalmente.
¿Me pregunto cuál es el punto medio entre fluir y no seguir en piloto automático? La clave es ser consciente de ello, dicen por ahí, yo me atrapo tantas veces navegando en la nada y al hacerlo consciente nada pasa más que la oportunidad de un nuevo intento… que cansado es a veces esto del enfoque, sobre todo porque estoy acostumbrada a querer abarcar todo en perfecto control, aún sabiendo que esto es meramente imposible. ¡Que Dilema!
Fluir, fluir con la corriente, respetar los procesos, aceptar que nuestros hijos tienen derecho a decidir y tomar decisiones respecto a su vida, nos guste o no, es su derecho divino, siendo esto tan lógico ¿Por qué nos aferramos a lo que no está pasando en lugar de aceptar lo que sí? Yo francamente no lo sé, quizá porque simplemente nos gusta complicarnos la vida… ¿Será?
Pero como puedo ayudarme a fluir…
Aceptando lo que no puedo cambiar,
Aceptando mi realidad y lo que estoy viviendo, confiar en el proceso y fluir… se escribe fácil, practicarlo es un poco más complicado, pero no imposible, acompáñame a fluir, a reírme de mis errores, a aceptar mi realidad aquí y ahora y te invito a que aceptes la tuya, con tus no Gos y con tus Yolos, aquí y ahora. Hecho está.